Con frecuencia se trata de un dolor de 10/10, que a veces es descrito como "suicida".
El dolor repentino va desde severo y punzante, hasta contante y ardor o molestia.
Entre los desencadenantes pueden estar el contacto con la mejilla, como afeitarse o aplicar maquillaje.
Rara vez el dolor se produce por la noche cuando el paciente está durmiendo.
Durante un tiempo los ataques desaparecen para regresar, por lo general, con más intensidad y menos períodos libres de dolor.
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