Es la dupla de moda en el Norte de Brasil. Más conocida una, más secreta la otra, ambas soñadas y bien nordestinas
Amanecer en Ponta de Madeiro, playa al norte de Pipa. En la cima del acantilado, el hotel del mismo nombre domina la vista.
Vista de una de las agrestes playas de Gostoso, al norte de Brasil.
Cae el sol sobre la playa de Gostoso y los pescadores guardan sus jangadas.
Gostoso, que intenta ser un destino más o menos exclusivo, también tiene su playa escondida y no sólo del viento: se llega recorriendo 8 kilómetros por la costa en bugui ?el medio de transporte más popular en estas geografías-, o en vehículos preparados para un camino de tierra colorada y arena de 17 kilómetros
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