Hoy culmina el mes de festejos con que la Universidad de Buenos Aires recuerda su fundación, ocurrida hace nada menos que 190 años, el 12 de agosto de 1821.
Como sucede con toda institución longeva, estos casi dos siglos que siguen de cerca y nutren la historia del país combinan días de triunfos y derrotas, de esplendor y drama. Pero por una virtud inasible -que podrá explicarse de muchos modos, pero algunos resumen en la palabra "mística"- la UBA se las arregla para entregar cada año una nueva camada de graduados que, créase o no, deslumbran en los mejores centros de investigación del mundo.
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